CARRETERAS PERDIDAS(1)

Exiten carreteras que parecen no llevar a ningún lado, puedes estar todo un día viajando y no llegar a tu destino, pasas horas y horas mirando por la ventana, viendo ciudades, personas, caballos, árboles, nubes, montañas o mar.
No sé cuantas horas habré pasado en la carretera, pero lo disfruto enormemente me encanta, ya que siento que es un doble viaje; por un lado vas de un lugar a otro geograficamente hablando y siempre dejas algo atrás y te preparas para recibir otro lugar, otra gente...y por otro lado en el mismo camino y sobretodo en los viajes largos, cuando pasar por tantos lugares te surjen reflexiones (igual es una deformación profesional) que convierten ese viaje en un proceso exterior e interior, siendo este último el más trascendente.
Para mí es una de las cosas más apetecibles que hay, estar en una carretera perdida, en un país desconocido, sabiendo que te quedan 10 horas de viaje, con un buen libro, algo de música, atravesando lugares y miedos interiores, haciendote reguntas sin respuesta y repitiéndote las que mil veces has respondido...